el retorno...
Antes del verano comenzó el frenético viaje de La Ñiña Lunares. Con tanta energía derrochada y tan aplaudida bienvenida, al igual que a Dorothy, nos absorbió un huracán que nos trasladó a Igualins (una suerte de Macondo, ciudad de los prodigios de nuestra imaginación) siguiendo un camino de baldosas amarillas.
Este ha sido un periplo tan absorbente y bienaventurado que
nos ha tenido “out”, por no decir “KO”. Un viaje de grandes paradas a meditar y
largas horas de trabajo creativo y productivo.
La inercia de la aventura nos llenó la maleta de bodas, añorados cursos de serigrafía, costuras y
relecturas. Son ahora nuestros nuevos aliados: una tableta gráfica, una cámara réflex y el
cercano taller de serigrafía. Con ellos pensamos zurcir la imaginación en forma
de “Pequeñas Piezas de Arte”. Así queremos denominar a nuestra producción
limitada de trabajos, nuestras “PEPAS”: en
verano fueron las “botellas con mensaje para náufragos felices” y las tote bag,
ahora llegan, en homenaje a la cocina casera y amorosa, las latas cuyo
“ingrediente único cambió la receta” y las pizzas para alegrar tibias y
hogareñas paredes blancas. (*)
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